La Semana Mundial de la Lactancia Materna de este año se llevará a cabo del 1 al 7 de agosto. Como parte de la construcción de sistemas de educación y apoyo para la lactancia materna, ¡hagamos el esfuerzo de abordar el marketing y la interferencia de la industria, de acuerdo con el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna!
Como mujer, la lactancia materna es un tema que naturalmente me interesa. El hecho de que podamos producir alimentos nutritivos que pueden protegernos como madres y promover el crecimiento y desarrollo saludable de nuestras hijas e hijos es fascinante. La
evidencia es sólida: la lactancia materna estimula el sistema inmunológico de las y los niños y les protege contra la obesidad, la caries dental y otras enfermedades no transmisibles (ENT) relacionadas con la dieta, como el cáncer, más adelante en la vida. La lactancia materna también reduce el riesgo de las mujeres de desarrollar diabetes, obesidad y algunos tipos de cáncer. Además, la lactancia materna es una poderosa acción de doble función para abordar la malnutrición en todas sus formas, incluida la desnutrición.
La guía de lactancia es clara
La OMS y UNICEF recomiendan el inicio temprano de la lactancia materna dentro de la hora posterior al nacimiento; amamantar exclusivamente a las y los niños durante los primeros seis meses de vida; e introducir alimentos complementarios inocuos y nutricionalmente adecuados a los seis meses de edad, junto con la continuación de la lactancia materna hasta los dos años de edad o más. La lactancia materna ofrece una opción natural y saludable que es accesible para la mayoría, rentable, sostenible y superior en términos de estándares de salud a cualquier sucedáneo de la leche materna, como se establece en el
Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de 1981.
Dicho esto, solo el 44 % de bebés menores de seis meses reciben lactancia materna exclusivamente y, como
se informó a la Asamblea Mundial de la Salud este año, solo el 35 % de los 96 países están en camino de alcanzar la meta mundial de nutrición para 2025 de aumentar la tasa de lactancia materna en los primeros seis meses a por lo menos el 50%. Y el cumplimiento nacional del Código Internacional sigue siendo inaceptablemente bajo, más de 40 años desde su adopción.
Interferencia de la industria: socavando la educación y el apoyo a la lactancia materna
El
informe de 2022 de la OMS y UNICEF sobre la comercialización de leche de fórmula encuestó a 8,500 padres y mujeres embarazadas y 300 trabajadores de la salud en ocho países. Los hallazgos son impactantes, pero desafortunadamente no sorprenden: la industria de la leche de fórmula explota las ansiedades de los padres y madres a través de estrategias de marketing manipuladoras, afirmando que la fórmula es equivalente o superior a la leche materna, apuntando a los expertos de la salud (como los pediatras, la principal fuente de educación sobre alimentación infantil) y socavando la confianza en la lactancia para impulsar sus productos. Y, a menudo, lo consiguen.
El año pasado,
Lucy Westerman reveló cómo la industria de la leche de fórmula se aprovechó de la pandemia de COVID-19, sugiriendo falsamente que la leche de fórmula era "más segura" o "necesaria" para proteger a las y los niños del COVID-19 en algunos países, o incluyendo sustitutos de la leche materna en las donaciones– prácticas que infrinjen el Código Internacional.
El marketing y comercialización digital de los sucedáneos de la leche materna también se ha convertido en un desafío para la implementación del Código Internacional, ya que la industria tiene un contacto directo y muy específico con los padres y las mujeres embarazadas. Es posible que algunas estrategias en línea no se reconozcan como publicidad, como los clubes de bebés en línea, las personas influyentes en las redes sociales y el contenido generado por usuarios, lo que dificulta la regulación. Esto requiere urgentemente nuevos enfoques legales.
Dos pasos positivos hacia la protección de la lactancia materna
Este año, en la Asamblea Mundial de la Salud, los países reconocieron los desafíos en la regulación de la comercialización digital de sucedáneos de la leche materna y
solicitaron que la OMS desarrolle una guía sobre medidas regulatorias para apoyar aún más la implementación del Código Internacional. Esperado para 2024, este recurso será crucial para ayudar a los Estados miembros a actualizar o implementar regulaciones más completas sobre fórmulas infantiles que abarquen el marketing digital, ya que hasta el
80% de la exposición a los anuncios de sucedáneos de la leche materna se produce en línea.
La OMS también está
actualizando el Apéndice 3 del plan de acción mundial para las ENT, también conocido como las "mejores inversiones" de la OMS para las ENT y otras intervenciones recomendadas. Para esta actualización, han realizado un análisis de rentabilidad de una intervención clave:
protección, promoción y apoyo de prácticas óptimas de lactancia materna. Los resultados del análisis no son sorprendentes: es una de las intervenciones más rentables en los países de ingresos bajos y medios.
Sin embargo, nos enfrentamos a una industria de leche de fórmula que se calcula que
gana 55.000 millones de dólares y dispone de un gran presupuesto para gastar en sus agresivas estrategias de marketing. La comercialización de la leche de fórmula es, de hecho, omnipresente. El alcance es enorme: entre todas las mujeres encuestadas para
el estudio de la OMS y UNICEF, el 84 % en el Reino Unido, el 92 % en Vietnam y el 97 % en China habían estado expuestas a la comercialización de leche de fórmula. Estos determinantes comerciales afectan a casi todos, pero los gobiernos no están haciendo lo suficiente para proteger a todos. Pero hay esperanza: el próximo trabajo de la OMS debería generar argumentos para que los gobiernos actúen y hagan cumplir el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.
Sobre el Autor:
Liz Arnanz (
@lizarnanz) es gerente de políticas e incidencia para la prevención de las ENT de la Alianza de ENT, es la responsable de coordinar nuestro trabajo de políticas e incidencia sobre los principales factores de riesgo de las ENT, los determinantes previos y la incidencia en favor de la salud en general. Antes de esto, trabajó en la Federación Dental Mundial de la FDI, incidiendo por la integración de la promoción y el cuidado de la salud bucodental en los sistemas de salud, y también trabajó para el equipo de asociaciones y membresías de Alianza de ENT.