La salud de las mujeres y las y los niños en todo el mundo se ha visto afectada en los últimos dos años, un período que ha sido testigo de los crecientes impactos de los conflictos, el cambio climático y los efectos continuos de la pandemia de COVID-19, revela el Informe de avances de 2022 de Todas las mujeres, todos los niños, lanzado el 18 de octubre. El informe, titulado Proteger las promesas, muestra que la inseguridad alimentaria, el hambre, el matrimonio infantil, los riesgos de violencia de pareja y la depresión y la ansiedad de las y los adolescentes han aumentado desde el último informe publicado en 2020.
Las personas pobres y marginadas, categorías en las que las mujeres y la infancia están representados de manera desproporcionada, han sufrido la peor parte en la mayoría de los lugares durante la pandemia, y ahora el creciente número de crisis humanitarias resultantes de los conflictos y el cambio climático está obstaculizando los intentos de recuperación.
“Lejos de ser un informe de avances, este documento describe un retroceso. La salud y los derechos de las mujeres y las y los niños están amenazados en un grado que no se ha visto en más de una generación”, dice el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. “Si estas desigualdades persisten, no cumpliremos nuestra promesa de un mundo más saludable, más seguro y más justo para todas las personas para el 2030. Tampoco estaremos equipados para gestionar la próxima pandemia, prevenir el próximo conflicto o adaptarnos a las crecientes pérdidas y daños de desastres relacionados con el clima”.
No se puede culpar solo a la pandemia de COVID-19 por la recaída, señala el informe, ya que el mundo ya se estaba quedando atrás en el logro de las metas globales clave antes de que comenzara la pandemia. Por ejemplo:
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La proporción mundial de mujeres embarazadas que viven con VIH que tuvieron acceso al tratamiento antirretroviral, vital para mantenerse saludables y evitar que sus bebés, hijas o hijos pequeños contraigan el virus, aumentó del 46% en 2010 al 81% en 2015, pero seis años después en 2021 todavía era del 81%.
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Después de varios años de lenta adopción y ampliación, la cobertura mundial de la primera dosis de vacunación contra el virus del papiloma humano también se redujo en cinco puntos porcentuales, del 20% en 2019 al 15% en 2021, dejando a millones de niñas adolescentes en riesgo de contraer cáncer de cuello uterino más tarde en la vida.
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A pesar de los grandes avances en la reducción de la mortalidad materna e infantil en las dos décadas previas a la pandemia, las desigualdades persisten. Un bebé nacido en un país de bajos ingresos tiene una esperanza de vida promedio al nacer de alrededor de 63 años, en comparación con los 80 años, en un país de altos ingresos.
La trayectoria de vida de un bebé y sus derechos a la salud, a la educación, a oportunidades y a la seguridad siguen estando determinados en gran medida por el lugar donde nace.
Las enfermedades infecciosas siguen siendo las principales causas de muerte en niñas y niños menores de 5 años, pero las ENT y las lesiones están contribuyendo más a la morbilidad y a la mortalidad infantil. Esto se debe, en parte, al hecho de que las mujeres y las y los niños que se ven obligados a cruzar fronteras o que son desplazados internamente debido a conflictos, a otras formas de inestabilidad o a desastres naturales cada vez más relacionados con el cambio climático, también corren un alto riesgo de problemas de salud y pocos resultados de desarrollo.
Otro factor es que las y los niños con retraso en el crecimiento (baja estatura para la edad) son más susceptibles a morir a causa de infecciones y están predispuestos a tener sobrepeso y desarrollar ENT relacionadas con la dieta más adelante en la vida.
El informe también muestra que los niveles de sobrepeso y obesidad están empeorando en casi todas las partes del mundo, lo que aumenta aún más la carga de las ENT. Alrededor del 39% de las personas adultas en todo el mundo tenían sobrepeso en 2016 mientras que el 13,1% eran obesas. Entre las y los niños y adolescentes de 5 a 19 años, la prevalencia del sobrepeso y la obesidad aumentó del 4% en 1975 a alrededor del 18% en 2016, con tasas similares para niñas y niños (18% y 19%, respectivamente).
El informe de avances es publicado por socios globales, incluidos la OMS, UNICEF, UNFPA, Partnership for Maternal, Newborn & Child Health y la Cuenta Regresiva al 2030. Sus recomendaciones incluyen “fortalecer los sistemas de atención primaria de salud para brindar intervenciones esenciales a todas las mujeres, y las y los niños y adolescentes. ”
Las acciones prioritarias a realizar son:
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Preparar los sistemas de atención primaria de la salud para prestar toda la gama de servicios de salud esenciales
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Construir fuertes componentes de salud comunitaria para aumentar la disponibilidad y aceptabilidad del servicio
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Llevar a cabo investigaciones de implementación que puedan generar evidencia para adaptar las intervenciones a contextos específicos
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Fortalecer los sistemas de información de salud para permitir que los países recopilen, analicen y utilicen periódicamente datos de alta calidad.