Contaminación ambiental: Historia de dos ciudades

25 de septiembre de 2017

Londres y Pekín. Ciudades capitales a medio mundo de distancia, pero asoladas por un problema común y mortal: la contaminación ambiental. A nivel mundial, la contaminación al aire libre representa más de 4 millones de muertes al año, y causa hasta 9 mil muertes al año en Londres (no hay estadísticas oficiales para Pekín, a nivel de ciudad). La contaminación atmosférica es el cuarto factor de riesgo de enfermedad en el mundo, contribuyendo a una amplia gama de ENT: enfermedades cardiovasculares (enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (incluyendo enfisema y bronquitis crónica), asma entre niños, cáncer y demencia, que afectan la calidad de vida diaria de millones de personas.

Contaminación en Londres

La contaminación ambiental no es nueva. Se cree que en 1952, la Gran Niebla de Londres mató a 4 mil personas en sólo unos días y contribuyó a un total de 12 mil muertes, las hospitalizaciones aumentaron en un 50% y las admisiones respiratorias en más del 150%. El contaminante primario del aire fue el dióxido de azufre: cada tarde, las familias se reunían alrededor de fuegos en los que quemaban carbón; las centrales eléctricas también alimentadas a carbón estaban asentadas en el río, en el corazón de la ciudad. Esta crisis por “niebla” o “smog” fue un punto de inflexión para la acción del gobierno que dictaminó la Ley de Aire Limpio de 1956 donde se establecieron "áreas de control de humo", a los residentes se les dieron subsidios generosos para convertir sus estufas a combustibles sin humo, y centrales eléctricas fueron desplazadas lejos de las zonas urbanas y convertidas a gas, más limpio.

Entonces, ¿por qué la contaminación ambiental sigue siendo un problema para Londres? Parte de la respuesta reside en un impulso bien intencionado durante las últimas décadas por convertir los automóviles de gasolina a diesel, que producen menos dióxido de carbono y por lo tanto contribuyen menos al cambio climático, pero también son una fuente de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas finas, conocidas desde los años noventa como perjudiciales para la salud. Esto es apenas visible a menos que te encuentres muy por encima de la ciudad, y puedas observar la fina capa de neblina marrón; sin embargo, en los últimos años hay clara conciencia de que esto no puede continuar, basta con ver las fotos de niños con cubrebocas, de pie frente a su escuelas, en la portada del Evening Standard de Londres.

Contaminación en Pekín

Los problemas de contaminación en Beijing son más recientes que los de Londres -de hecho, China estableció normas para la calidad del aire ambiente en los años ochenta, tiempo antes de que las demandas de la industria, el transporte y la energía llegaran al punto en que la contaminación atmosférica fuera una amenaza para sus ciudadanos. Sin embargo, a partir del año 2000 la contaminación atmosférica se convirtió en un verdadero problema, y ​​los Juegos Olímpicos de 2008 fueron el punto de inflexión para la toma de conciencia y de medidas. Antes de esto, los datos sobre la calidad del aire habían sido confidenciales, pero en 2008 la Embajada de Estados Unidos empezó a tuitear sobre los niveles de contaminación lo que finalmente llevó al gobierno chino a hacer público y reconocer el problema.

La contaminación ambiental es "la mayor emergencia pública de una generación" - Sadiq Khan, Alcalde de Londres

El cumplimiento de las emisiones se vigila ahora de forma regular y, al igual que en el Reino Unido en la década de 1950, las plantas industriales se han trasladado fuera de las ciudades más afectadas, se incentivan las estufas más limpias y se están haciendo esfuerzos para la conversión del uso del carbón al gas natural. El diesel impacta menos que en Londres porque hay menos coches diesel, y la gente ha sido alentada a comprar vehículos eléctricos (obtener una matrícula es difícil en Pekín, pero no ha habido restricciones para los autos eléctricos que además no están sujetos a las reglas que restringen el uso del automóvil en los días de alta contaminación). Sin embargo, el rápido crecimiento de la compra de bienes por Internet, en gran parte entregado por camiones diesel, puede afectar los niveles de la contaminación diesel.

Tomando medidas

Ninguna de las dos ciudades se ha quedado de brazos cruzados. En Reino Unido, recientemente ha habido un rápido aumento de la presión pública sobre el gobierno local y nacional para que tome medidas, en particular en el NO2 -una carretera en Londres superó su límite anual de NO2 dentro de los primeros cinco días de 2017. Cuando el gobierno intentó retrasar la publicación de un plan nacional para la calidad del aire, fue llevado a juicio por la organización activista Client Earth, quien afirmó que el retraso ya era inaceptable, y los jueces estuvieron de acuerdo. El resultado fue el Plan de Calidad del Aire para el Dióxido de Nitrógeno. Sin embargo, el plan ha sido criticado por hacer muy poco en el corto plazo, y por dejar la acción en manos de las autoridades locales. En septiembre de 2017, un informe del Relator Especial del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre las implicaciones de las sustancias peligrosas y los desechos tóxicos en los derechos humanos reiteró que el gobierno "sigue incumpliendo su deber de garantizar una calidad del aire adecuada y proteger los derechos de vida y salud de sus ciudadanos" (párrafo 31). El alcalde de Londres ha sido explícito en sus preocupaciones sobre la contaminación en Londres, y ha propuesto la implementación a partir de octubre una carga diaria de £ 10 para los vehículos más contaminantes, y el establecimiento de zonas de autobuses de baja emisión.

 

En China, el Plan de Acción contra la Contaminación del Aire 2013-17 fijó metas para la contaminación ambiental (incluida la concentración de PM10 -partículas de menos de un centésimo de mm- que se deben disminuir en un 10% o más en todas las ciudades) y con objetivos específicos para la en las zonas más afectadas del país, en particular en el este industrial: en Pekín, los niveles medios de PM2,5 (partículas inferiores a un 400mm) deben bajar de 89,5 μg/m3 en 2013 a 60 μg/m3 (aún muy por arriba de la directriz de la OMS de 10 μg/m3 como media anual). La sociedad china es tan consciente que los edictos del gobierno se despliegan rápidamente y se aceptan como medidas que contribuyen al bienestar de la mayoría (en contraste, uno se imagina que de sugerir la circulación sólo de coches con placas impares o incluso numeradas en las calles de Londres, ¡no caería bien en la sociedad más individualista del Reino Unido!). Pekín puede estar en camino de alcanzar sus objetivos, y otras metas que pronto establecerá -pero la ciudad todavía tiene un largo camino por recorrer. Hay días en que la contaminación es tan mala que las escuelas están cerradas, y algunas familias se están mudando a otras áreas con aire más limpio -las concentraciones de PM2.5 pueden llegar a 1.000 μg/m3.

El futuro

Aunque a Londres le queda mucho por hacer en comparación con lo que ha logrado Pekín, no hay lugar para la complacencia, el profesor Jim Zhang cree que:

"Mientras que históricamente Londres ofreció mucho a Pekín para aprender sobre cómo usar la legislación y las tecnologías para mejorar la calidad del aire, el enorme éxito en el uso compartido de bicicletas y en el uso de vehículos eléctricos y flotas de autobuses CNG en Pekín puede ofrecer a Londres algo para reflexionar".

El compromiso ciudadano mantendrá la presión sobre el gobierno para cumplir sus promesas. En Pekín, los residentes son muy conscientes de la amenaza que representa para su salud, en los días de  contingencia ambiental las personas usan cubrebocas, y muchos hogares poseen un purificador de aire. En ambos países, hay aplicaciones que proporcionan alertas para advertir a los residentes cuando la contaminación es particularmente alta. En el Reino Unido, se celebró el primer Día Nacional del Aire Limpio en 2017, con la palabra clave ‘contaminación atmosférica’ impactando fuerte en las redes sociales, con más de 200 eventos dirigidos por voluntarios y cientos de organizaciones que alientan a empleados, estudiantes, pacientes y ciudadanos a adoptar acciones para un aire limpio:

"Una encuesta de opinión para el Día Nacional del Aire Limpio mostró que el 85% de la población cree que es importante luchar contra la contaminación ambiental y el 65% estaría dispuesto a pagar una contribución mensual para financiar las medidas para la calidad del aire. Este nivel de compromiso proporciona un claro mandato a las autoridades nacionales y locales para que adopten medidas ambiciosas a fin de mejorar rápidamente la calidad del aire con respaldo público".

El activismo ciudadano puede ayudar a construir la base de evidencia a través del uso de kits de monitoreo (por ejemplo, el de Amigos de la Tierra) y alentar a los profesionales de la salud a involucrarse a través de la campaña Unmask my City.

Por último, vale la pena recordar que Londres y Pekín son sólo dos ciudades: los problemas de la contaminación ambiental van mucho más allá de estos dos casos. Planes como la conversión completa de los vehículos diesel y furgonetas en el Reino Unido para 2040, y la consideración de China de detener la producción de todos los coches diesel y de gasolina deben implementarse a nivel nacional rápidamente.

Con agradecimiento al profesor Jim Zhang (Universidad de Duke) y Chris Large (Plan de Acción Global, coordinadores del Día Nacional de Aire Limpio).

 

Sobre la autora:

Katy Cooper (@healthkaty) ha trabajado en la prevención de ENT desde el 2005 hasta finales de 2016 como asistente de dirección en C3 Collaborating for Health y ahora como consultora y escritora independiente. Está particularmente interesada en la intersección de la prevención de las ENT con cuestiones ambientales y de derechos humanos.