El plan de Europa para la recuperación tras la COVID-19 busca una mejor reconstrucción para la salud, el medio ambiente y el desarrollo.

11 de junio de 2020

La Unión Europea (UE) busca reconstruir mejor con un aumento dramático de los recursos para la salud, el medio ambiente y el desarrollo en el plan de recuperación posterior a COVID-19. Nina Renshaw, la directora de Políticas e Incidencia de la Alianza de ENT (NCD Alliance), reflexiona sobre por qué se ha necesitado una pandemia para que las instituciones de la UE consideren la coherencia en las políticas de salud mundial, los impactos sociales, el medio ambiente y el clima. El plan de recuperación de la Comisión Europea llega como un alivio para muchas Organizaciones no gubernamentales (ONG) quienes temían recortes significativos en los programas de salud y la ayuda humanitaria.

La Comisión Europea ha propuesto un Plan de Recuperación para Europa (Recovery Plan for Europe) y un presupuesto €1.29 billones para el periodo 2020-2027, con el objetivo de apoyar la recuperación económica en respuesta a la COVID-19, acelerar las transiciones ambientales y digitales y “la promoción de un mundo más equitativo, más fuerte y más sustentable para futuras generaciones”. La propuesta – todavía por ser debatida por el Parlamento y el Consejo Europeo– prevé un gasto sin precedentes en salud en Europa y asistencia para el desarrollo de los países vecinos y África. 

Una recuperación saludable y ecológica

El anuncio se hizo un día después de que 40 millones de trabajadores de la salud y organizaciones civiles, incluyendo la Alianza de ENT, le escribieron a los líderes del G20 pidiendo una recuperación saludable (#Healthy Recovery), seguida de una petición firmada por más de 1.6 millones de europeos pidiéndole a los líderes de la UE una “recuperación saludable, justa y ecológica”.

La propuesta va de la mano al reciente Manifiesto de la OMS a favor de una Recuperación Saludable que llama a los gobiernos a dar prioridad a la protección del clima y el medio ambiente, a la preparación para emergencias, a los sistemas de salud, y a las redes de seguridad social.

Si se aprueba el paquete de recuperación, el cual también está siendo promocionado como un Pacto Verde de la UE, se priorizaría el gasto en infraestructura y tecnologías no contaminantes, incluyendo eficiencia energética, transporte más limpio y condiciones más estrictas para las condiciones de salud y medio ambiente de los fondos para la agricultura.  

La Comisión Europea propone un impuesto general al empaquetado de plástico no reciclable y un principio de ‘No Ocasionar Daños’ que impida el apoyo a combustibles fósiles. Las organizaciones ambientales europeas han expresado su apoyo cauteloso, señalando que la contaminación del aire – que parece estar ligada a la vulnerabilidad ante la COVID-19- necesita mayor atención.

Ampliación sin precedentes del programa de salud de la UE

El paquete  también propone €9.4 mil millones para una ampliación dramática del programa de salud en la UE. A pesar de que el programa de salud es una pequeña parte del paquete general de fondos, representa aproximadamente un incremento 20 veces mayor al gasto en salud de la UE con respecto al presupuesto del último periodo. En un momento en que las ONG europeas estaban nerviosas por el futuro del programa de salud, esto es un cambio significativo en el foco de las políticas e indica una disposición sin precedentes de la UE a invertir en salud. 

La propuesta del programa de salud no ha sido todavía dada a conocer en detalle, y se enfoca mayormente en una mejor coordinación en la preparación y respuesta frente a emergencias. El presupuesto de comunicación de la UE  menciona específicamente que el Nuevo programa abordará las ENT, asentando que “ellas han mostrado ser un fuerte determinante en la mortalidad por COVID-19.” La Comisión prevé apoyo para la creación de políticas nacionales, mediante un intercambio de guías técnicas y mejores prácticas basadas en evidencia para la prevención y el tratamiento de enfermedades   

Menciona particularmente que “las iniciativas podrían por ejemplo orientarse a la erradicación de enfermedades específicas, como la reducción de casos de cáncer cervical e influenza estacional. Podrían ayudar a prevenir daños y costos evitables y reducir las desigualdades en la salud.” También planea una coordinación internacional más estrecha, la cual se espera se vincule al mayor presupuesto propuesto para asistencia al desarrollo.

UE reforzará el gasto en desarrollo

La Comisión Europea propone incrementar el gasto externo a €86 billones de euros. El incremento es un alivio para las ONG europeas, quienes temían recortes significativos, pero se ha elevado en €16 billones en comparación con una propuesta anterior. De este incremento, €5 billones serán destinados a ayuda humanitaria en los países más vulnerables y €10.5 billones a la cooperación para el desarrollo.

La asistencia está principalmente orientada a los países europeos vecinos, incluyendo los Balcanes Occidentales y África, con el objetivo de apoyar los esfuerzos realizados para enfrentar y recuperarse de la pandemia; y prevé cooperación con las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y las instituciones financieras internacionales.

Próximos pasos

Las propuestas de la Comisión Europea serán consideradas por el Parlamento y Consejo Europeo. Se cree que las negociaciones sobre el presupuesto serán tensas, particularmente las concernientes al nuevo fondo de €750 billones de euros que será pedido a los mercados financieros. Se esperan las decisiones para los próximos meses y la dificultad estará en los detalles del programa final para cada ámbito.

Aunque es lamentable que se haya necesitado una pandemia para reformular estas prioridades, el foco en una recuperación saludable, justa y ecológica es un cambio prometedor proveniente del bloque de comercio más grande y de los mayores donadores para el desarrollo, y un señalamiento de rumbo bienvenido para otros gobiernos considerando su camino hacia la recuperación de la pandemia.

Sobre la autora

Nina Renshaw (@ninawren) es la directora de Políticas e Incidencia de la Alianza de ENT (NCD Alliance), liderando, desarrollando, implementando and manejando la política global y trabajo de promoción de la  NCDA. Antes de unirse a la NCD Alliance, Nina fue Secretaria General de la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA) y previamente subdirectora de campaña del grupo Transport & Environment. Nina ha sido miembro de la junta de diversas ONG, incluyendo Health and Environment Alliance (HEAL), European Citizens' Organisation for Standardisation (ECOS), y Green Budget Europe, y ha representado a la sociedad civil en grupos de consultoría en UNECE, OMS, OCDE y la Comisión Europea. Nina estudió Comercio Internacional y Letras Modernas (Alemán y Francés), y tiene una maestría en Ciencias Políticas europeas contemporáneas. Más información sobre Nina