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Sin tiempo que perder: el momento de la cobertura sanitaria universal y la creciente carga de las enfermedades no transmisibles es ahora

18 de septiembre de 2023

Esta semana, en la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas, habrá tres reuniones de alto nivel (RAN) sobre salud: prevención, preparación y respuesta ante pandemias; cobertura sanitaria universal (CSU); y tuberculosis. Las y los jefes de Estado y de Gobierno se reunirán para revitalizar los avances por la salud para todas las personas y respaldarán las declaraciones políticas que indican cómo lo harán. En estas declaraciones, necesitamos que las y los líderes se comprometan a mantener la salud en un lugar destacado de su agenda política, a trabajar por la buena salud y el bienestar y a abordar la mala salud entre sus poblaciones.

La cobertura sanitaria universal significa que todas las personas, en todas partes, tienen acceso a los servicios de salud que necesitan sin incurrir en dificultades financieras. La CSU reduce la pobreza, acelera el progreso socioeconómico y mejora drásticamente la salud a nivel mundial. Lograr la cobertura universal de salud también implica el logro de las metas para las enfermedades no transmisibles (ENT), porque los servicios de prevención y tratamiento de las ENT son componentes críticos de los paquetes de beneficios de la cobertura sanitaria universal.

Lograr la cobertura sanitaria universal y la salud para todas las personas

Fortalecer los sistemas de salud con un enfoque de atención primaria de salud (APS) es la forma más eficiente y sostenible de lograr la cobertura sanitaria universal y la seguridad sanitaria. Y cuando los países alcancen la CSU, millones de personas –incluidas las poblaciones vulnerables y marginadas– tendrán acceso a los servicios de salud que necesitan, cuando los necesitan, sin el riesgo de caer en la pobreza o de profundizarla. Los enfoques específicos de enfermedades han creado islas en los sistemas de salud, lo que ha generado ineficiencias. Pero cuando los paquetes de beneficios de salud esenciales de la cobertura sanitaria universal son integrales y las inversiones y los programas se alinean sistemáticamente, los recursos se utilizan de manera más eficiente y se pueden satisfacer las necesidades de salud de todas las personas a lo largo de todo el ciclo de su vida.

Lograr la cobertura sanitaria universal y atender las ENT

Las ENT causan 41 millones de muertes al año y esta cifra sigue aumentando. Nuestros sistemas de salud, que ya luchan por manejar la actual carga de ENT, tendrán que asumir más responsabilidades. Y las poblaciones más pobres y vulnerables que se ven desproporcionadamente afectadas por las ENT enfrentarán continuos gastos de salud debido a la naturaleza crónica de las enfermedades crónicas. La falta de protección financiera frente a los costos de atención de salud con frecuencia atrapa a los hogares pobres en ciclos de deuda y enfermedad, lo que obliga a las y los jefes de hogar a elegir entre la  buena salud, la educación y la alimentación para sus hijas e hijos, perpetuando así un ciclo intergeneracional de pobreza y mala salud.

Enfoques integrados y centrados en las personas, que incluyan a la tuberculosis, la malaria, el VIH/SIDA; la salud y el bienestar reproductivo, sexual, materno, neonatal, del niño, la niña y adolescentes; las ENT y la salud mental ayudará a controlar las ENT y promueve una financiación sanitaria rentable y sostenible. Por ejemplo, cuando las personas que viven con el VIH acuden a un centro de salud para recibir terapia antirretroviral, también se les debe poder controlar la presión arterial y los niveles de azúcar y recibir la atención de seguimiento adecuada. Por su parte, las mujeres deberían hacerse pruebas de detección del cáncer de cuello uterino, una ENT prevenible y tratable que tiene una prevalencia seis veces mayor entre las mujeres que viven con el VIH.

Mejorar la salud de las personas no es un costo, sino una inversión, y lograr la CSU ayuda a atender las desigualdades. Por ejemplo, con educación temprana y acceso a servicios de salud, el 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes se pueden prevenir o retrasar. Además, el 85% de las muertes prematuras por ENT ocurren en países de ingresos bajos y medianos (PIBM) y más del 60% de las personas que viven con cáncer, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares en los países de ingresos bajos y medianos gastan más del 40% de sus ingresos en atención médica. A nivel mundial, se estima que las ENT –incluidas sus dimensiones sociales y psicológicas– costaron 47 billones de dólares entre 2011 y 2030, un promedio de más de 2 billones de dólares al año. Alternativamente, si los gobiernos y los financiadores gastaran sólo $0,84 dólares más por persona al año, podrían salvar siete millones de vidas en los países de ingresos bajos y medianos. Cuando esta inversión se convierte en beneficios económicos y sociales, vale más de 230 mil millones de dólares. Existe un desajuste fundamental entre las necesidades de atención médica y los derechos de las personas –particularmente de los más vulnerables en los países de ingresos bajos y medianos– y los recursos asignados por los gobiernos nacionales y los socios internacionales para responder a esas necesidades y derechos.

Llamado a la acción

A lo largo de esta Semana mundial de acción sobre las ENT y durante las reuniones de alto nivel sobre salud, como Coalición de alianzas para la CSU y la salud mundial, hacemos un llamado a las y los líderes mundiales a que asuman la responsabilidad de hacer realidad el derecho fundamental a la salud, incluyendo a las personas que viven con ENT y a las que están en riesgo de padecerlas. Les instamos a asumir compromisos ambiciosos y viables e inversiones sostenibles en sistemas de salud equitativos y resilientes, y a garantizar un enfoque de todo el gobierno y de toda la sociedad para hacer de la salud para todas las personas una realidad.

En las reuniones de alto nivel y en el futuro, el liderazgo mundial debe unirse detrás de la Agenda de acción del movimiento de la CSU, que proporciona un plan para concretar el compromiso en acciones y que incluye áreas que no pueden descuidarse, como el acceso a servicios de salud esenciales (incluidos los de prevención y atención de las ENT a lo largo del ciclo la vida) sin dejar a nadie atrás.

No podemos demorarnos. El momento de actuar es ahora.

Autores:

Gabriela Cuevas, copresidente del Comité Directivo de CSU2030;

Dr. Justin Koonin, copresidente del Comité Directivo de CSU2030;

Dra. Svetlana Akselrod, directora de la Plataforma mundial de las ENT;

Helga Fogstad, directora ejecutiva, salud reproductiva, materna, neonatal e infantil;

Dra. Corine Karema, directora ejecutiva interina de RBM Partnership to End Malaria;

Katie Dain, directora ejecutiva, Alianza de ENT

Este blog fue publicado originalmente en uhc2030.org.