120 millones de muertes prematuras: ¿Qué otra razón necesitamos para pasar a la acción?

18 de octubre de 2017

En el primer día de la Conferencia Mundial de la OMS sobre ENT, en Montevideo Uruguay, Katie Dain, CEO de la Alianza de ENT, habló sin tapujos sobre cómo construir respuestas nacionales ambiciosas contra las ENT para alcanzar el objetivo 3.4 de los ODS sobre las ENT en 2030. A continuación, te compartimos su discurso.

Imaginen el año 2025. Dentro de 8 años, llegaremos a esa fecha decisiva que los gobiernos establecieron para las ENT. La reducción en un cuarto de la mortalidad prevenible fue y sigue siendo la ambiciosa meta. Pero si continuamos por el camino por el que actualmente vamos, la realidad será muy diferente.

Para el 2025:

  • Un tercio de la población mundial vivirá con obesidad. Y habrá más niños, niñas y adolescentes obesos que con bajo peso (2).
  • El número total de personas que viven con diabetes estará cerca de los 500 millones (3).
  • Más de 320 millones de personas habrán muerto a causa de una ENT desde nuestro encuentro hoy aquí. Esa cifra es equivalente a toda la población estadounidense actual, aniquilada por un solo conjunto de enfermedades. Más de 120 millones de esas muertes se pueden evitar.
  • Y el precio que habrán pagado solo los países en desarrollo desde 2011 será de $7 billones de dólares, equivalente al PIB combinado de Francia, España y Alemania el año pasado. 

Estos no son solo números. Son personas, con familias, historias, con el derecho a vivir una vida larga y saludable. La pobreza y cuestiones de origen siguen trágicamente acortando vidas.

Permítanme compartir con ustedes dos historias de jóvenes viviendo o muriendo por ENT: Leticia de la Ciudad de México y Robert del oeste de Uganda.

Leticia, Ciudad de México, 14 años

La semana pasada conocí a Leticia, una niña de 14 años de la Ciudad de México, quien vive con obesidad mórbida y está en camino a desarrollar diabetes. Ella está en la edad en que sus mayores preocupaciones deberían ser si hace su tarea a tiempo o qué música poner para impresionar a sus amigos. En cambio, se enfrenta a la decisión de someterse a una importante cirugía bariátrica para evitar consecuencias graves en su salud a largo plazo, o cambiar drásticamente su dieta y la forma en que vive.

Ella nos contó su historia de crecer en una ciudad donde beber refresco es más fácil que beber agua, y donde solo la comida chatarra es accesible para quienes viven en la pobreza. Su historia ejemplifica la de tantos en todo el mundo, donde la salud de los niños, niñas y adolescentes está determinada por el lugar donde nacen, los entornos en los que viven y juegan, y los fuertes impulsores comerciales que anulan cualquier intención de tomar decisiones saludables.

La mayor preocupación de Leticia, de 14 años, debería ser hacer su tarea de la escuela a tiempo, sin tener que participar en intervenciones complejas para revertir su obesidad mórbida.

Robert, Uganda, 16 años

Trasladémonos desde México a Kasese, un distrito montañoso en el oeste de Uganda para conocer la historia de Robert, un niño de 16 años quien de repente se enfermó gravemente y perdió mucho peso. Sus padres, que son agricultores pobres con varios hijos, tuvieron que enfrentarse a una terrible decisión. La clínica más cercana significaba un largo viaje, y los costos del tratamiento iban a acorralar a la familia más profundamente en la pobreza. Abrumados con prioridades tan conflictivas, decidieron dejar morir a Robert en el camino.

Robert nunca fue diagnosticado con diabetes tipo 1, tratable en el mundo desarrollado, pero una sentencia de muerte para miles de niños y niñas cada año en los países en desarrollo. Las familias sumidas en la pobreza todavía se ven obligadas a enfrentarse a la decisión de Sofía: ¿Usan su escaso ingreso familiar para comprar insulina para uno de los niños o usan ese pequeño ingreso para alimentar al resto de la familia? Ningún padre, en ninguna parte, debería verse obligado a tomar esa decisión.

Dado que la conciencia sobre las consecuencias de la diabetes es baja, y la atención y el tratamiento son difíciles de acceder y pagar, Robert, de 16 años, quedó desamparado en su camino hacia la muerte.

¿Dónde está la injusticia? ¿La cooperación y el liderazgo? ¿El financiamiento?

Con este telón de fondo de números e historias humanas, uno podría asumir que algún sentimiento de justicia podría haber surgido. Que la cooperación mundial y el liderazgo nacional estarían a toda máquina. Que el financiamiento fluiría hacia los más vulnerables.

Sin embargo, ante el tsunami de salud mundial que implican las ENT, parece que todo avanza a una velocidad glacial.

  • En 2014, durante la segunda reunión de la ONU sobre ENT, no apareció un solo jefe de gobierno o estado. Si eso no es una señal de inercia política, no sé qué es. 
  • Hoy menos de la mitad de todos los países tienen planes y metas nacionales contra las ENT, los pilares básicos de cualquier respuesta nacional. 
  • Y a pesar de la inmensa carga, las ENT reciben menos del 3% por parte de la Asistencia al Desarrollo para la Salud (“Development Assistance for Health”), lo que equivale a la lamentable cifra de mil millones, en 2014.

Por favor, déjenme ser clara. Lo que resalto aquí no es solo retórico: en la vida real, en la que niños y niñas, adolescentes, varones y mujeres viven y mueren, muy poco está cambiando. Estamos cansados de promesas vacías. Los gobiernos les están fallando a sus poblaciones y caminan dormidos hacia un futuro enfermo.

Qué necesita el mundo para realmente afrontar las ENT:

Para terminar, tengo un mensaje para los gobiernos. No necesitamos un cambio de paradigma.

Lo que necesitamos es una llamada de atención y de alerta. Una llamada para lograr

  1. un sentido de urgencia y el valor político para tomar medidas,
  2. un aumento de recursos acorde con la carga, y
  3. un enfoque más agudo en la implementación de lo que funciona. 

Y tenemos una oportunidad de oro, con la Reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre ENT de 2018, para que los gobiernos presten atención a esta alerta.

No hay alternativa. Más de 120 millones de vidas se perderán antes de tiempo a causa de las ENT entre hoy y el año 2025. ¿Cuántas razones más necesitamos para actuar?

Los gobiernos les están fallando a sus poblaciones y caminan dormidos hacia un futuro enfermo. ¿Cuántas razones más necesitamos para actuar contra las ENT?

 

Acerca de la autora

Katie Dain (@KatieDain1) es la CEO de la Alianza de ENT. Tiene experiencia en desarrollo organizacional y estratégico; en incidencia a nivel mundial y en formulación de políticas; en diseño de programas y desarrollo de capacidades en países de ingresos bajos y medianos. Katie es ampliamente reconocida como una de las principales activistas y expertas en ENT, ha sido autora y coautora de numerosos artículos y comentarios sobre cuestiones de políticas de salud y desarrollo a nivel mundial.

 

Referencias

(1) http://www.obesityday.worldobesity.org/

(2) NCD Risk Factor Collaboration (NCD-RisC). Worldwide trends in body-mass index, underweight, overweight, and obesity from 1975 to 2016: a pooled analysis of 2416 population-based measurement studies in 128·9 million children, adolescents, and adults. Lancet 2017.

(3) Based on IDF estimate that  in 2015, 415 million adults had diabetes and that by 2040, 1 adult in 10 (642 million) will have diabetes. IDF Diabetes Atlas, 7th Edition, International Diabetes Federation, 2015

(4) Based on WHO estimate of 40 million deaths from NCDs in 2015, of which 15 occur in the 30-69 age bracket, and increasing deaths in the next 8 years until 2025. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs355/en/ 

(5) Who Global Status Report on NCDs. World Health Organization, 2014.