Family walking in the woods
©️ World Obesity Federation

Transformar la crisis en una oportunidad contra la obesidad

1 de Marzo de 2021

Con motivo del Día Mundial de la Obesidad 2021, el 4 de marzo, Johanna Ralston y Margot Neveux, de la Federación Mundial contra la Obesidad, comparten sus puntos de vista sobre los riesgos y la gama de causas profundas que rodean la obesidad en el contexto de la COVID-19.

Si hemos aprendido algo de los últimos 12 meses, es que la salud – y su ausencia – es a menudo moldeada por la sociedad en la que vivimos, y por factores que van mucho más allá de nuestras propias puertas. En el caso de la obesidad, también hemos aprendido que cuando se combina con COVID-19 puede crear riesgos significativos. Las soluciones requieren nuevos tipos de colaboración y la ruptura de barreras, tanto visibles como invisibles.  El 4 de marzo de 2021, la Federación Mundial contra la Obesidad hace un llamado a todas las personas para que avancemos hacia un mundo de mayor comprensión, apoyo y políticas, construyendo vidas más felices, saludables y largas para todas las personas. Porque al final, todos y todas necesitamos de todos y todas.

Un año con COVID-19

El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la COVID-19 una pandemia. Al principio, la COVID-19 interrumpió los sistemas de salud y DE alimentos. Los bloqueos en todo el mundo condujeron a cambios sostenidos en las dietas y en los niveles de actividad física, así como al empeoramiento de la salud mental, todo lo cual puede aumentar el riesgo de obesidad y otras enfermedades no transmisibles (ENT).  Asociadas con las causas profundas  de la obesidad, las medidas adoptadas para frenar la pandemia aumentaron sustancialmente el riesgo de exacerbar un problema ya devastador. También quedó claro muy temprano en la pandemia que las personas con obesidad eran más propensas a sufrir complicaciones y muerte debido a la COVID-19, y a edades más tempranas.

A la luz de las pruebas innegables, un grupo de expertos, partes interesadas y personas que viven con obesidad enviaron una carta abierta al Director General de la OMS. Posteriormente, la OMS reconoció la obesidad como un factor de riesgo independiente clave para los peores resultados de la COVID-19. La obesidad es una  enfermedad crónica recurrente, así como un factor de riesgo importante para otras ENT como la diabetes, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Con el aumento más rápido de la prevalencia en los países de ingresos bajos y medianos, se necesitan medidas urgentes y concretas para prevenir, tratar y controlar la pandemia de obesidad.

¿Qué significa la obesidad para las metas de los Tres Mil Millones?

Los objetivos mundiales para la obesidad están catastróficamente desenfocados, poniendo en peligro otros objetivos de salud. Además de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la OMS fijó la ambiciosa iniciativa de las metas de los Tres Mil Millones:

  • 1.000 millones más de personas que se benefician de la cobertura sanitaria universal (CSU)
  • 1.000 millones más de personas mejor protegidas de emergencias sanitarias
  • 1.000 millones más de personas disfrutando de una mejor salud y bienestar

La obesidad es un desafío transversal en los tres objetivos y a menos que la enfermedad reciba la atención que merece, es probable que no se logre ninguno. Con 800 millones de personas que viven con obesidad y miles de millones más en riesgo, la obesidad debe incluirse como una prioridad en los esfuerzos de la cobertura sanitaria universal, y como una vía vital para cumplir con muchos de los otros objetivos de salud. Como se ejemplifica con la COVID-19, las personas que viven con obesidad deben ser reconocidas como un grupo vulnerable propenso a sufrir un exceso de muertes durante las emergencias sanitarias.

En una encuesta realizada al comienzo de la pandemia, la Fundación Mundial contra la Obesidad pidió a sus miembros que compartieran sus experiencias y puntos de vista sobre las respuestas de susgobiernos: menos del 10% de los encuestados pensaba que su gobierno había hecho lo suficiente para reconocer el vínculo entre la obesidad y la COVID-19 como parte de su respuesta a la pandemia. Proporcionar orientación específica a los países sobre la obesidad es vital para garantizar que esta esté suficientemente integrada en las respuestas sanitarias de los países, tanto ahora como para en la preparación para futuras emergencias sanitarias.

Nuestra oportunidad de actuar es ahora: revisar el enfoque ROOTS (Raíces)

La obesidad ha sido tergiversada como una condición simplista que se puede detenerse reduciendo la ingesta de una sustancia sólo a través de la fuerza de voluntad. Sin embargo, la Federación Mundial contra la Obesidad entiende que una compleja interacción de muchos factores más que la ausencia de esfuerzos individuales es la responsable de los malos resultados.

Reconociendo la falta de comprensión en torno a la enfermedad y la urgencia de la situación, la comunidad mundial de obesidad se reunió en el Foro Mundial sobre Obesidad 2020 y revisó el marco ROOTS  desarrollado a principios de año. En conjunto, estas partes interesadas redactaron una  Declaración que establece recomendaciones para la acción inmediata sobre todo el espectro de la obesidad, desde la prevención hasta el tratamiento, en el contexto de la COVID-19.

  • La evolución de la evidencia sobre la asociación entre la COVID-19 y la obesidad proporciona una nueva urgencia e inspiración para la acción política y colectiva.
  • Reconocer a la obesidad como una enfermedad por derecho propio que empeora significativamente los resultados de la infección por COVID-19;
  • Mejorar nuestras estrategias de monitoreo y vigilancia de la obesidad;
  • Mejorar nuestros esfuerzos de prevención de la obesidad al mismo tiempo que reconocemos que el tratamiento debe ser accesible a todas las personas;
  • Adoptar un enfoque holístico, integrado, de todo el sistema en la recuperación de la COVID-19.

Superar la inercia política

La obesidad a menudo se considera aisladamente de otros problemas importantes que se enfrentan a desafíos similares respecto a la implementación de políticas de salud, lo que conduce a respuestas lentas e inadecuadas (1). La obesidad también se aborda de manera aislada, en lugar de atender simultáneamente la prevención y el tratamiento, lo que resulta en muy pocas y dispersas intervenciones que carecen de un enfoque integral. Se requiere liderazgo político y compromiso para mejorar los entornos externos, afrontar los determinantes sociales subyacentes de la salud, y garantizar la sostenibilidad de las intervenciones orientadas a la obesidad.

La evidencia sobre la estrecha asociación subyacente entre la COVID-19 y la obesidad proporciona una nueva urgencia, pero también una oportunidad para la acción a nivel mundial. Nuestra ventana de oportunidad para la financiación y la implementación de medidas para garantizar una salud mejor, más resiliente y sostenible para todas las personas es ahora. Este Día Mundial de la Obesidad, la Federación Mundial contra la Obesidad, nos hace un llamado para que trabajemos juntos y ayudemos a transformar este momento de crisis en una oportunidad de acción contra la obesidad.


Autoras:

Johanna Ralston, DIRECTORA EJECUTIVA de la Federación Mundial de Obesidad (World Obesity Federation): Johanna es líder mundial en incidencia por las ENT, con más de 20 años de experiencia. Johanna ha servido en varios consejos consultivos y grupos de expertos para la OMS, el Foro Económico Mundial y otros, y ha escrito para una amplia gama de publicaciones sobre cuestiones de salud.

Margot Neveux, Directora de Políticas Sénior de la Federación Mundial de Obesidad (World Obesity Federation): Margot tiene una Maestría en Salud Pública, y trabaja en la Federación Mundial de Obesidad desde 2018. Actualmente participa en las actividades mundiales de obesidad infantil y promoción de la Organización, incluidos dos proyectos Horizon-2020 de la UE: STOP y CO-CREATE.

 

Referencia adicional:

(1) Hawkes C. From What to How. The role of double-duty actions in addressing the double burden. Sight life. 2018;32(2):82-85. Available at https://sightandlife.org/wp-content/uploads/2018/12/17_SALMZ_0218_ Perspectives_04.pdf   


Las opiniones expresadas aquí pertenecen a los/as autores/as y no representan necesariamente la posición de la Alianza de ENT.