El número de niños y niñas que vive con obesidad en el mundo se multiplicó por diez en las últimas cuatro décadas
11 de octubre de 2017
11 de octubre de 2017
El número de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) que viven con obesidad ha aumentado 10 veces en las últimas 4 décadas, según un nuevo estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio, publicado en The Lancet con motivo del Día Mundial de la Obesidad que se celebra los días 11 de octubre, analizó las mediciones de peso y altura de casi 130 millones de personas mayores de cinco años, convirtiéndose en el mayor número de participantes en un estudio epidemiológico. Participaron más de mil colaboradores en el estudio, que examinaron el índice de masa corporal (IMC).
"Estas preocupantes tendencias reflejan el impacto de la comercialización de alimentos y las políticas en todo el mundo, con alimentos nutritivos saludables demasiado caros para las familias y las comunidades pobres", dijo el autor principal, el profesor Majid Ezzati, de Imperial School of Public Health. "La tendencia predice una generación de niños y adolescentes que crecen obesos y con mayor riesgo frente a enfermedades como la diabetes. Necesitamos maneras para lograr que la comida sana y nutritiva esté más disponible en el hogar y en la escuela, especialmente en familias y comunidades pobres, y regulaciones e impuestos para proteger a los niños de los alimentos poco saludables".
Si las tendencias que siguieron al año 2000 continúan, los niveles mundiales de obesidad infantil y adolescente superarán a los de jóvenes moderadamente y severamente desnutridos del mismo grupo de edad para el 2022, dice el informe. En 2016, el número mundial de niñas y niños con peso de moderado a severamente bajo fue de 75 millones y 117 millones, respectivamente.
Junto con la publicación de las nuevas estimaciones de obesidad, la OMS publica un resumen del Plan de implementación para acabar con la Obesidad Infantil. "Los países deberían apuntar en particular a reducir el consumo de alimentos baratos, ultraprocesados, ricos en calorías y pobres en nutrientes", dice la Dra. Fiona Bull, coordinadora del programa de vigilancia y prevención de enfermedades no transmisibles (ENT) en la OMS.
"También se debería reducir el tiempo que los niños y niñas pasan en actividades de ocio sedentarias frente a una pantalla y promover una mayor participación en la actividad física a través de actividades recreativas y deportivas".