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Semana de concientización sobre la resistencia a los antimicrobianos

La resistencia a los antimicrobianos pone en riesgo a los tratamientos de enfermedades infecciosas y no transmisibles

25 de noviembre de 2023

Los antibióticos y otros tratamientos antimicrobianos se han convertido en piedras angulares de la medicina moderna, pero esta base está siendo sacudida. La resistencia a los antimicrobianos (RAM) ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud como una de las 10 principales amenazas mundiales para la salud pública que enfrenta la humanidad. Las personas que viven con enfermedades no transmisibles (ENT) se encuentran entre las que enfrentan el mayor riesgo.

El descubrimiento de los antimicrobianos hace casi 90 años cambió el curso de la medicina moderna, brindando a los médicos la capacidad de tratar infecciones, que antes eran fatales, con relativa facilidad. Desde entonces, se han salvado millones de vidas gracias a estos medicamentos que se han convertido en algo común y ampliamente disponible. Pero este logro no puede darse por sentado. Hoy en día, las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos están evolucionando volviéndose resistentes a los antimicrobianos, como lo son los antibióticos, los antivirales, los antifúngicos y  los antiparasitarios utilizados para prevenir y tratar infecciones en humanos, animales y plantas. Esta evolución se conoce como resistencia a los antimicrobianos (RAM), y se debe principalmente al uso excesivo e incorrecto de estos medicamentos.

Como resultado, los antibióticos y otros medicamentos antimicrobianos se han vuelto ineficaces y las infecciones comunes, como la neumonía, las infecciones del tracto urinario, de transmisión sexual y algunas formas de diarrea, son cada vez más difíciles de tratar, lo que aumenta el riesgo de propagación de enfermedades, de sufrir condiciones más graves y de muertes. Se estima que la resistencia a los antibióticos por sí sola fue directamente responsable de 1,27 millones de muertes en el mundo en 2019 y que contribuyó a 4,95 millones de muertes adicionales, muchas de las cuales ocurrieron entre personas que padecían enfermedades no transmisibles (ENT), como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades respiratorias crónicas; aquellas personas en quimioterapia para el tratamiento del cancer, por ejemplo, corren un riesgo especialmente alto porque sus sistemas inmunitarios debilitados son más susceptibles a las infecciones. Este también es el caso de las personas que viven con diabetes: alrededor del 10% de la población adulta mundial. Cualquiera que se someta a una cirugía, como un trasplante de órganos o una operación de corazón, también corre el riesgo de contraer una infección que no se pueda controlar.

Décadas de avances alcanzados en diversas prioridades de salud mundiales se ven amenazadas aún más directamente. Todos los medicamentos antirretrovirales para el VIH, incluidas las clases más nuevas, corren el riesgo de volverse parcial o totalmente inactivos debido a la aparición de VIH resistente a los medicamentos. Las personas que reciben terapia antirretroviral pueden contraer VIH resistente a los medicamentos, y también pueden infectarse con VIH que ya es resistente a los medicamentos. En el África subsahariana, alrededor del 50% de los infantes recientemente diagnosticados con VIH son portadores de un virus resistente a algunos tratamientos. La OMS estima que en 2018 hubo alrededor de medio millón de nuevos casos de tuberculosis farmacorresistente a nivel mundial. Y la aparición de parásitos resistentes a los medicamentos plantea una de las mayores amenazas para el control de la malaria y provoca un aumento de la morbilidad y mortalidad por esta enfermedad.

Hoy sabemos que ningún problema de salud existe aisladamente y la resistencia a los antimicrobianos es una prueba viviente de ello. La RAM impacta sobre un conjunto que pone en peligro no sólo a todos los ámbitos de la salud humana, sino también a los de las plantas y los animales. El principal impulsor de la resistencia a los antimicrobianos es el uso indebido y excesivo de los antimicrobianos, pero hay otros. Estos pueden ser la falta de acceso a agua potable, al saneamiento y a la higiene tanto para humanos como para animales; la mala prevención y control de infecciones y enfermedades en establecimientos de salud y granjas; y el acceso deficiente a medicamentos, vacunas y medios de diagnóstico asequibles y de calidad.

Todos los sectores deben desempeñar un papel para garantizar que los antimicrobianos se utilicen de manera prudente y adecuada, y tomar las medidas preventivas necesarias para disminuir la incidencia de infecciones. Por eso el lema de Semana mundial de concientización sobre la RAM 2023, que se celebra cada año del 18 al 24 de noviembre, sigue siendo "Prevengamos juntos la resistencia a los antimicrobianos", al igual que la campaña en 2022.

Consulta: ¿Qué puedes hacer para prevenir la RAM?