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Plan Estratégico 2016-2020

Nuestro Plan Estratégico actualizado establece una visión y objetivos y metas ambiciosos que están en línea con la Agenda 2030, con estrategias de valor agregado que generarán impacto.

Luchar contra las ENT en la era del desarrollo sostenible

La reducción de la carga de enfermedades no transmisibles (ENT), es decir, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, las enfermedades respiratorias crónicas y los trastornos mentales y neurológicos, es esencial para acabar con la pobreza extrema, reducir la desigualdad y mejorar la salud y el bienestar.

Se calcula que las ENT matan a alrededor de 39,5 millones de personas cada año, representando el 68% de todas las muertes en todo el mundo y causando la mitad de toda la discapacidad global. Aunque la carga es universal, los países de bajos y medianos ingresos (PBMI) son los más afectados, ya que más de tres cuartas partes de todas estas muertes ocurren en estos países.

Las ENT están reemplazando rápidamente a las enfermedades infecciosas y la desnutrición como las principales causas de discapacidad y muerte prematura en los países en desarrollo. La prevención y el control de las ENT es un desafío urgente para el siglo XXI.

Este Plan Estratégico llega en un momento crítico de la historia y el futuro de la respuesta a las ENT, cuando el imperativo de acción nunca ha sido más fuerte. Una oleada de compromisos e incidencia ha contribuido a avanzar en la agenda de las ENT desde 2011. Con la adopción del Plan de Acción mundial contra las enfermedades no transmisibles de la OMS 2013-2020 y el primer conjunto de metas mundiales en materia de ENT, y con el acuerdo de los Estados Miembros para la ambiciosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que incluye a las ENT, es hora de aprovechar el impulso, con la bases técnicas en su lugar.

Tenemos el conocimiento, las soluciones basadas en evidencia y las asociaciones necesarias para impulsar una transformación histórica que mejorará las vidas de las generaciones venideras.

Pero a pesar de lograr hitos importantes en los últimos años, no hay lugar para la complacencia. La evidencia demuestra que un enfoque "como de costumbre" será insuficiente para cumplir con las metas mundiales de la OMS para las ENT de lograr el "25 al 25", un hito importante hacia los ODS.

Las tasas de progreso de las ENT a nivel nacional y regional son dispares, desiguales y en gran medida están desenfocadas en la mayoría de los PBMI. El imperativo de acción se ve reforzado por las persistentes lagunas y deficiencias en la respuesta, que incluyen desde recursos inadecuados, falta de acción preventiva, sistemas de salud vulnerables y mal equipados para responder a la creciente carga, y la ausencia de una voz que represente a las personas que viven con ENT.

Los próximos cinco años proporcionan una ventana frágil de oportunidades para ampliar la acción sobre prevención y control de las ENT. Si aprovechamos el momento ahora, podemos salvar vidas y empoderar a las personas para vivir una vida sana y digna, y al mismo tiempo reducir la pobreza, estimular el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.

En esta próxima fase, nuestro éxito dependerá de comprender y responder a las complejidades de un contexto muy cambiante: la geografía variable de la pobreza, la creciente desigualdad, las dinámicas políticas inestables, las emergencias humanitarias cada vez mayores, el cambio climático y el desarrollo económico.

La Alianza de ENT, como una red distintiva de la sociedad civil que une a 2.000 organizaciones en más de 170 países, sigue dedicada a mejorar la prevención y el control de las ENT en todo el mundo.