Publicado | 5 de diciembre de 2019 |
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Autor | NCDA, FIRS |
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Descripción
La contaminación del aire es un riesgo grave que pone en peligro la salud de casi todas las personas en el mundo. Afecta prácticamente a todos los órganos del cuerpo, así como también a nuestra salud mental y bienestar. Es uno de los principales factores de riesgo para las enfermedades no transmisibles (ENT), tales como el accidente cerebrovascular, las cardiopatías isquémicas, el cáncer de pulmón y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 7 millones de personas mueren prematuramente cada año por exposición al aire contaminado. La mayor parte de la contaminación del aire y, por lo tanto, de su impacto sobre la salud y de las muertes prematuras son prevenibles.
Las investigaciones muestran que cualquier compromiso o inversión ‘se paga solo’ rápidamente, y se amplía muchas veces más en términos de ENT prevenidas, reducción en los costos sanitarios y la carga económica, y traerá consigo un conjunto de co-beneficios para el desarrollo sostenible. Las recomendaciones de la OMS proporcionan orientación a todos los niveles de gobierno, desde el nacional hasta el local, para cumplir con los niveles de referencia de la OMS para una calidad del aire segura y saludable, y atienden a las principales fuentes de contaminación del aire en diferentes contextos y entornos de recursos.
Este informe muestra que las medidas adoptadas en todo el mundo pueden lograr algunas victorias rápidas para la salud. Las políticas locales, nacionales y regionales de contaminación del aire no solo benefician la calidad del aire en las ciudades, sino que también generan beneficios importantes e inmediatos para la salud y son importantes para mitigar el cambio climático mundial a largo plazo.