La contaminación del aire es el mayor riesgo ambiental para la salud del mundo, ya que más del 90 % de la población mundial vive con niveles inseguros de contaminación del aire. Se estima que causa al menos 7 millones de muertes cada año en todo el mundo, con algunas estimaciones que van mucho más allá, y el 80% de estas muertes se deben a las ENT.
Info básica
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El 90% de la población mundial vive con niveles inseguros de contaminación del aire.
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Se estima que la contaminación del aire causa 7 millones de muertes cada año en todo el mundo, aunque algunas cifras aseguran que superan las 10 millones.
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El 80% de las muertes por contaminación del aire se deben a las ENT, principalmente aquellas que afectan el corazón y los pulmones. El otro 20% a enfermedades infecciosas, como la neumonía.
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Más allá del corazón y los pulmones, la contaminación del aire tiene efectos negativos en todos los órganos y funciones de nuestro cuerpo, incluido un efecto importante en el cerebro de las niñas y niños.
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Los países y comunidades más pobres son los que más sufren la contaminación del aire, con más del 90% de las muertes por contaminación en los PIBM.
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Se estima que las pérdidas económicas debidas a la contaminación del aire representan más del 6% del PIB mundial, y superan el 10% en algunos países asiáticos donde la contaminación del aire es más grave.
¿Qué es la contaminación del aire?
Un ser humano respira alrededor de
11 mil litros de aire cada día. Además del oxígeno (O2) y el nitrógeno (N2) que necesitamos para sobrevivir, el aire también contiene contaminantes que incluyen partículas, monóxido de carbono, ozono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre. Estos contaminantes provienen de una amplia gama de fuentes: los combustibles domésticos para cocinar y calentar, los vehículos de motor, las instalaciones industriales y los incendios forestales son solo algunos. Las
partículas en suspensión, derivadas principalmente de la quema de combustibles fósiles, son las más dañinas para la salud humana.
En la salud mundial, la contaminación del aire se clasifica en dos categorías principales: la contaminación del aire en el hogar o (por la cocina o estufa y la calefacción en el interior) y la contaminación del aire ambiental o contaminación atmosférica (los contaminantes en el aire que respiramos afuera). Alrededor de 3 mil millones de personas, particularmente en países en desarrollo, continúan dependiendo de combustibles ineficientes y contaminantes para varios propósitos, como cocinar, calentar e iluminar, lo que significa que la contaminación del aire doméstico sigue siendo una grave amenaza para la salud a pesar de que se haya dado una reducción en las muertes en las últimas dos décadas. Si bien las muertes causadas por la contaminación del aire doméstico han disminuido, las de la contaminación atmosférica
han aumentado en un 66%, impulsadas por la industrialización, la urbanización descontrolada, el crecimiento de la población, la quema de combustibles fósiles y la ausencia de una política química nacional o internacional adecuada. Las muertes por la contaminación atmosférica están aumentando drásticamente en el sur de Asia, el este de Asia y el sureste de Asia, mientras que las muertes por contaminación del aire doméstico ocurren principalmente en países de ingresos bajos y medianos de todo el mundo.
¿Cuáles son los efectos en la salud de la contaminación del aire?
Los estudios han encontrado que la contaminación del aire representó
el 16% de todas las muertes prematuras por ENT en 2016, colocándola, junto con el tabaco, como las principales causas de muerte por ENT. Otra
investigación más reciente de la Universidad de Harvard encontró que 10,2 millones de personas murieron prematuramente en 2018 a causa de la contaminación por combustibles fósiles, específicamente por partículas finas (PM2.5). Esto es significativamente más alto de lo que sugirieron investigaciones anteriores, y significaría que la contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles por sí sola fue responsable de una cuarta parte de todas las muertes en todo el mundo.
29% de las muertes por cáncer de pulmón
43% de las muertes por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
25% de las muertes por cardiopatía isquémica
24% de las muertes por accidente cerebrovascular
Pero la contaminación del aire puede resultar aún más mortal, a medida que la investigación descubre más sobre los vínculos con nuestros cuerpos y la salud. Más allá de los pulmones y el corazón, la contaminación del aire ha sido identificada como un factor de riesgo para los trastornos endocrinos, la obesidad, las enfermedades gastrointestinales, la osteoporosis, las enfermedades de la piel... y la lista sigue y sigue.
Consecuencias de la contaminación del aire en tu cuerpo
Un efecto importante de la contaminación del aire es sobre nuestro desarrollo y capacidad cognitiva. Se ha demostrado que
afecta el cerebro de las y los niños, lo que afecta su desarrollo cognitivo y también se ha relacionado con problemas de atención y bajo rendimiento escolar. Y todos aquellas personas que viven en áreas afectadas por altos niveles de contaminación, desde jóvenes estudiantes hasta personas de edad avanzada, corren un mayor riesgo de sufrir una
pérdida acelerada de su capacidad cognitiva.
Es importante tener en cuenta que los países y las comunidades más pobres son los que más sufren la contaminación del aire, con más del
90% de las muertes por contaminación en los PIMB. Los PIMB que son países muy industrializados o urbanizados son los que más sufren. En India, por ejemplo, la contaminación por combustibles fósiles fue responsable de la muerte de casi 2,5 millones de personas en 2018; representando más del
30% del total de muertes en India entre personas mayores de 14 años.
Impactos económicos de la contaminación
La Comisión sobre Contaminación y Salud de The Lancet en 2017 reveló que las pérdidas económicas asociadas con todos los tipos de contaminación de 2015 equivalían al
6,2% del PIB mundial, y el 82% de estas pérdidas económicas se atribuyeron a la contaminación del aire. Otras estimaciones varían aún más. Por ejemplo, un estudio del Banco Mundial mostró que en 2019, las pérdidas económicas globales atribuibles a la contaminación del aire en los hogares y la contaminación del aire ambiental por PM2·5 por sí solas ascendieron al 6,1% de la producción económica mundial. Los efectos económicos de la contaminación del aire son especialmente graves en las regiones del este de Asia y el Pacífico, donde las pérdidas alcanzan el 9,3 % del PIB, y en el sur de Asia, con pérdidas del 10,3 % del PIB.
La
respuesta financiera internacional para la prevención de la contaminación ha sido escasa. Solo un pequeño número de agencias y organizaciones bilaterales y multilaterales están promoviendo la agenda de salud y contaminación, y esos esfuerzos reciben muy poco apoyo. Y la situación no parece cambiar.
Un estudio de 2019 de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) de agencias bilaterales y de la ONU asignadas a reducir la contaminación del aire encontró que la tendencia general no era a la alza. Las contribuciones de la AOD contra todos los contaminantes y productos químicos ascendieron a solo $860 millones durante el período 2016-18, lo cual es inadecuado para el tamaño y el alcance del problema. La financiación filantrópica privada para el control de la contaminación también sigue siendo escasa.
Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional ha estimado que los subsidios a los combustibles fósiles en 2020 sumaron US$5,9 billones o el 6,8% del PIB mundial.
Pocos países han sido capaces de hacer frente a este enorme problema de salud pública con medidas internas. Aunque los países de ingresos altos han controlado sus peores formas de contaminación y han vinculado el control de la contaminación a la mitigación del cambio climático, solo unos pocos países de ingresos bajos y medianos han podido hacer de la contaminación una prioridad, dedicar recursos al control de la contaminación o avanzar .
Al igual que con otros factores de riesgo de ENT, este nivel más alto y aparentemente insuperable de contaminación del aire lo convierte en un problema de derechos humanos e igualdad, así como de salud.
Una triple victoria: Políticas para la contaminación, el cambio climático y la salud humana y planetaria
No podemos separar nuestra propia salud de la del planeta. La reducción de la contaminación del aire y de otros tipos de contaminación beneficiará enormemente a ambos y es una de las principales prioridades para mitigar el cambio climático. Especialmente en este contexto de financiación inadecuada para la reducción de la contaminación, los gobiernos deben tomar las medidas que puedan mediante la formulación de políticas eficaces. La OMS
destaca las siguientes oportunidades para políticas exitosas en diversos sectores para proteger nuestra salud y la del planeta de la contaminación:
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Salud: Integrar la contaminación del aire en las estrategias para prevenir las ENT;
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Industria: Tecnologías limpias que reducen las emisiones de chimeneas industriales; mejora de la gestión de los residuos urbanos y agrícolas, incluyendo la captura del gas metano emitido por los vertederos como alternativa a la incineración (para su uso como biogás);
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Energía: Garantizar el acceso a soluciones asequibles de energía doméstica limpia para cocinar, calentar e iluminar;
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Transporte: Cambio a modos limpios de generación de energía; priorizar el tránsito urbano rápido, las sendas para peatones y ciclistas en las ciudades, así como los ferrocarriles para viajes y transporte; cambiar los vehículos pesados a diésel más limpios y vehículos y combustibles de bajas emisiones, incluyendo los combustibles con contenido reducido de azufre;
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Planificación urbana: Mejorar la eficiencia energética de los edificios y hacer que las ciudades sean más verdes y compactas y, por lo tanto, más eficientes energéticamente;
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Generación de energía: Mayor uso de combustibles de bajas emisiones y fuentes de energía renovables sin combustión (como energía solar, eólica o hidroeléctrica); cogeneración de calor y energía; y generación de energía distribuida (por ejemplo, minirredes y generación de energía solar en techos);
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Gestión de residuos municipales y agrícolas: Estrategias para la reducción de residuos, separación de residuos, reciclaje y reutilización o reprocesamiento de residuos; así como métodos mejorados de gestión de desechos biológicos, como la digestión anaeróbica de desechos (biogás), son alternativas factibles y de bajo costo a la incineración abierta de desechos sólidos. Cuando la incineración es inevitable, las tecnologías de combustión con estrictos controles de emisión son críticos.