Los impactos del cambio climático en la salud son cada vez más mortales, según demuestra la Cuenta Regresiva de The Lancet

31 de octubre de 2022

A medida que los gobiernos intentan cambiar de combustibles fósiles a energías limpias para poder alcanzar las metas para las emisiones, cada vez son más frecuentes los embates de las sequías, los incendios forestales, las inundaciones y otros eventos climáticos extremos. El impacto en la salud de las personas a nivel mundial, incluyendo el aumento en los factores de riesgo para las enfermedades no transmisibles (ENT), están creciendo,  de acuerdo al último reporte de la cuenta regresiva para la salud y el cambio climático de The Lancet.

“Entre 1·1°C de calentamiento, el cambio climático está minando, cada vez más, cada pilar de la buena salud y agravando los impactos sobre la salud de la actual pandemia de COVID-19 y los conflictos geopolíticos”, dice la séptima edición del reporte, La salud a merced de los combustibles fósiles, en lo que llama los hallazgos más nefastos hasta la fecha.

La falta de acción sobre el cambio climático tiene altos costos en la salud. De acuerdo con el informe, los combustibles fósiles contribuyeron a 1.3 millones de muertes por contaminación del aire exterior (a través de diminutas partículas que causan enfermedades cardiovasculares y respiratorias, y diferentes tipos de cáncer, conocidas como PM 2.5) en 2020; la sobre dependencia a los combustibles sólidos, empeoró con la crisis energética. El aumento a la exposición de aire contaminado en interiores y al consumo de carnes y productos lácteos con altos contenidos de carbono, provocaron 2 millones de muertes en 2019.

Figura 1: Cambio en los días con olas cálidas en comparación con la línea base de 1986-2005 (Media móvil de 10 años): Los días con olas de calor se han presentado como media ponderada por el área de superficie (azul), media ponderada por población de infantes (naranja) y media ponderada por población mayor a 65 años (verde).

Otros impactos del ascenso implacable en la temperatura incluyen, por ejemplo:
  • Las poblaciones vulnerables (personas adultas mayores de 65 años, e infantes menores de 1 año) estuvieron expuestas a 3700 millones de días de olas de calor más en 2021 que cada año entre 1986 y 2005, y las muertes relacionadas con el calor aumentaron en un 68% entre los períodos 2000-2004 y 2017-2021.

  • El número de meses propicios para la transmisión de la malaria ha aumentado en un 31.3% en las tierras altas de América y un 13.8% en las tierras altas de África de 1951-60 a 2021-21;

  • El aumento en las temperaturas amenaza a los cultivos directamente, con la temporada de crecimiento del maíz en un promedio de 9 días menos en 2020 que para 1981-2010 de manera global

Figura 9: Mortalidad atribuible a las PM25 ambientales, exposición por región, sector y fuente de combustible.

“Los gobiernos continúan subsidiando anualmente a los combustibles fósiles hasta una suma de cientos de miles de millones de dólares, en cantidades comparables a sus presupuestos totales para la salud. Al mismo tiempo, la inmensa falta de fondos socava  la transición hacia energías más asequibles, saludables y con cero carbón”, agregan en el sitio web del reporte 2022

Las altas temperaturas aumentan los riesgos durante las actividades físicas

Con respecto al impacto en la salud, The Lancet reconoce que las actividades físicas regulares contribuyen a un peso corporal saludable, mejoran la salud física y mental y ayudan a prevenir muchas ENT. Pero con las temperaturas aumentando,  “el intenso calor supone por lo menos un riesgo moderado de estrés por calor durante actividades físicas ligeras, con 281 horas más por persona por año, en promedio (aumento del 33%) en comparación con 1991-2000”

La salud mental también se ha visto impactada, dice el documento. “el aumento agudo de la temperatura, ondas de calor y la humedad se han asociado con el incremento de padecimientos mentales y un aumento en suicidios”.

También de manera indirecta, los cambios climáticos pueden impactar la salud mental. Por ejemplo, los peligros tales como las sequías pueden, “afectar la producción agrícola, los medios de sustento, ocasionar escasez de alimentos y agua además de otras dificultades que pueden afectar las relaciones familiares, aumentar el estrés e impactar de manera negativa a la salud mental, con diferencias entre los géneros.”

Las prioridades actuales de gasto están mal, dice el reporte. “Los gobiernos continúan subsidiando los combustibles fósiles a una suma de cientos de miles de millones de dólares anualmente, sumas comparables a sus presupuestos totales para la salud. Al mismo tiempo, la profunda falta de fondos socava una transición justa hacia energías asequibles, saludables y con cero carbono” agrega el reporte en la página web.

 

Figura 5. El cambio en el porcentaje de personas reportando  inseguridad de moderada y severa para obtener alimentos debido a los días de mucho calor que ocurrieron durante las mayores temporadas de crecimiento de los cultivos.

Los combustibles fósiles son “volátiles e impredecibles”

El reporte nota que la dependencia a los combustibles fósiles “no solo socava la salud global a través del aumento en los impactos por los cambios climáticos, sino que afecta directamente a la salud y el bienestar de las personas, a través de los mercados de combustibles fósiles que son volátiles e impredecibles, cadenas de abastecimiento frágiles y conflictos geopolíticos.  Como resultado, millones de personas no tienen acceso a la energía necesaria para mantener sus hogares a temperaturas saludables y preservar alimentos y medicamentos.”

A pesar de los efectos catastróficos del cambio climático, hay disponible una vía alternativa. “Mientras que una visión renovada acerca de la sobredependencia a los combustibles fósiles podría dar como resultado un fatal calentamiento futuro con impactos exacerbados para la salud”, plantea the Lancet “una respuesta enfocada en la salud y bajos niveles de carbono ofrecería una oportunidad renovada para entregar un futuro a las poblaciones mundiales en el que no sólo puedan sobrevivir sino prosperar.”

Parte de esa respuesta positiva sería acelerar la transición hacia dietas más equilibradas y basadas en vegetales, dice el reporte. Esto “reduciría la cantidad de enfermedades transmisibles y no transmisibles, reduciendo la carga en los proveedores de salud que ya están sobrepasados.”

Otro resultado positivo de la transición sería reducir las emisiones agrícolas, principalmente metano de las vacas y cambiar el uso de la tierra,  además de “importantes beneficios adicionales provenientes de las mejoras en los factores de riesgo de las dietas y la mortalidad de las ENT.” 

El informe también nos trae buenas noticias, por ejemplo: los 12 millones de empleados trabajando directa e indirectamente en energía renovable en 2020 excedieron los empleos directos en extracción de combustibles fósiles por primera vez en 2020. Notablemente, “los empleados en las industrias de extracción de combustibles fósiles, particularmente las minas de carbón, pueden tener mayor incidencia de las ENT que la población en general,” agrega el reporte.

The Lancet Countdown: Tracking Progress on Health and Climate Change (La Cuenta Regresiva de The Lancet: Monitoreo de los avances sobre la salud y el cambio climático) se formó en 2016. Empezó con una consulta pública para identificar las áreas clave de salud y cambio climático a rastrear y monitorear. Descrita  a sí misma como una colaboración entre 120 líderes expertos y expertas de instituciones académicas y agencias de las Naciones Unidas en el mundo, incluye científicos del clima, ingenieros, especialistas en energía, economistas, científicos políticos,  profesionales de la salud pública y médicos.