La Alianza de ENT (NCDA) incidió activamente para que los gobiernos apoyen los puntos clave que son relevantes para la agenda mundial de las ENT. Se obtuvieron resultados importantes de las discusiones sobre (a) Tema 6: Seguimiento de la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre ENT; b) Tema 14: Preparación y respuesta ante emergencias de salud pública; y (c) Tema 16: Resolución sobre determinantes sociales de la salud.

Como seguimiento de la Reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre las ENT en 2018, se presentó a la EB el primer informe consolidado de la OMS sobre los avances en la prevención y el control de las ENT. Una decisión de la EB insta a la OMS a desarrollar un plan de implementación para acelerar avances en la fase final (2023-2030) del Plan de Acción Mundial para las ENT. Entre otros elementos, el informe incluyó detalles sobre la implementación de la resolución sobre el cáncer, la acción de la OMS para fomentar la actividad física, un enfoque para reducir la contaminación del aire, y una discusión sobre cómo responder a las necesidades de las personas que viven con ENT durante emergencias de salud.

 

Dentro de las discusiones sobre este punto de la agenda, un proyecto de resolución sobre salud bucal recibió un fuerte apoyo de muchos gobiernos. La EB recomendó que se considere la resolución para su adopción formal en AMS74 en mayo. Pide a los gobiernos que proporcionen servicios de salud bucal, reconociéndolos como servicios esenciales y como parte de la cobertura universal de salud; implementar acciones de prevención de problemas de salud bucal; y buscar acción intersectorial, incluyendo políticas de educación y de nutrición.

 

La Resolución también enfatiza las desigualdades y los determinantes sociales de la salud bucal. Las enfermedades bucodentales representan una enorme carga que afecta a 3,500 millones de personas en todo el mundo, a menudo implican altos costos y suelen estar interconectadas con otras ENT a través de factores de riesgo compartidos como una mala alimentación, el consumo de tabaco y alcohol. La Resolución ordena a la OMS que desarrolle propuestas para una Estrategia Mundial de Salud Bucal, un Plan de Acción, las metas para 2030, y las  intervenciones de políticas recomendadas, así como orientación técnica para los gobiernos sobre cómo incluir la atención de la salud bucal y la prevención de enfermedades dentro de la Cobertura Universal de Salud (CSU).

 

También se aprobó una Decisión sobre la diabetes como problema de salud pública dentro de este punto de la agenda, lo que refleja la preocupación mundial por el aumento vertiginoso de las muertes por diabetes, que han aumentado en un 70% desde 2000. La OMS lanzará un Pacto Mundial sobre Diabetes en abril de 2021, mes que marca el centenario del descubrimiento de la insulina. La Decisión de la EB insta a los gobiernos a intensificar sus esfuerzos para atender la prevención y el control de la diabetes como un problema de salud pública y como parte de la cobertura universal de salud. Sin embargo, la decisión no alcanzó el nivel de los debates de las partes interesadas y los expertos organizados por la OMS a finales de 2020, que identificaron la necesidad de una acción política más concreta sobre la diabetes, como el establecimiento de metas para 2030, acciones para asegurar la financiación necesaria y un enfoque en el acceso a la insulina, y a los dispositivos necesarios, como tiras reactivas de glucosa.

 

En puntos de la agenda separados, la EB también recomendó que los metas propuestas para 2030 sobre salud ocular y ceguera prevenible se consideren para su adopción en la AMS en mayo, y que la OMS se alinee con la respuesta de las Naciones Unidas para garantizar los derechos de las personas con discapacidad, incluyendo aquellas relacionadas con las ENT.

 

La discusión de los impactos y las lecciones aprendidas de la COVID-19 dominó gran parte de la reunión, con informes provisionales presentados por el Panel Independiente de Preparación y Respuesta frente a las Pandemias, la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación, y el comité de revisión del Reglamento Sanitario Internacional. Los Estados miembros de la EB aprobaron una decisión sobre preparación y respuesta de salud mental en emergencias sanitarias. Las deficiencias de los sistemas de salud con respecto a la salud mental se aclararon durante la pandemia de COVID-19, y la Decisión llama a integrar mejor la salud mental en la Cobertura Universal de Salud. También pide que los impactos neurológicos a largo plazo del COVID-19 se reflejen en la capacidad de los sistemas de salud para brindar atención a las personas que viven con "COVID prolongado", con efectos que duran semanas o meses después de la enfermedad inicial.

 

Dentro de las discusiones sobre este tema de la agenda, hubo un llamado de la Unión Europea para un tratado internacional sobre la preparación y respuesta ante una pandemia, y un llamado de la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación para una Cumbre de Alto Nivel de la ONU sobre Seguridad Sanitaria. Ambos fueron apoyados por la OMS.

 

 

La EB adoptó una Resolución sobre los determinantes sociales de la salud, incluidos los determinantes ambientales y comerciales, tales como entornos alimentarios insalubres, tabaco, alcohol y exposición al aire contaminado y viviendas deficientes. La Resolución pide más apoyo técnico de la OMS para que los gobiernos desarrollen políticas para atender las desigualdades, y para mejorar el seguimiento y la evaluación para informar las decisiones políticas.