Línea de producción de donas

Estos países son los mejores para defender a sus ciudadanos de las industrias "pecaminosas"

15 de julio de 2022

Tu gobierno ¿está bajo la influencia de los fabricantes de los llamados "productos básicos no saludables": alcohol, tabaco y comida chatarra?

Una nueva investigación clasifica a Francia como el país número 1 en mantener a raya a la industria cuando elabora políticas para regular estos productos no saludables, le siguen Bélgica, Lituania y Estonia. Completan el top 10: Alemania, Corea del Sur, República Checa, Noruega, Finlandia y Costa Rica.

 

Estos países lideran lo que la investigación denomina Índice de Influencia Financiera Corporativa (CFII). Se basa en seis formas en que los gobiernos protegen la formulación de políticas de la influencia de los fabricantes, o al menos hacen que el proceso sea transparente. Estos incluyen la divulgación obligatoria de donaciones para campañas electorales nacionales, la prohibición de donaciones políticas de intereses nacionales o extranjeros y la supervisión de las y los funcionarios sospechosos de actividades inconstitucionales, ilegales o poco éticas.

Actividad abierta y encubierta

El CFII, que se basa en índices ya recopilados por el Banco Mundial y otros estudios, es una herramienta imperfecta, admite el coautor del estudio, Luke Allen, de la London School of Hygiene and Tropical Medicine. “Por ejemplo, si yo fuera el Sr. Coca-Cola y Nepal estuviera hablando de gravar las bebidas azucaradas, querría socavar esa política que se está implementando y aprovecharía todo el poder del que dispongo. Una parte la haría abiertamente, poner anuncios en los periódicos y presionar a las y los políticos, pero otra parte sería encubierta, como pagar dinero e invitar a la gente a irse de vacaciones a mis expensas. Esto nos restringe en el sentido de que solo podemos ver la información disponible públicamente”.
 
Después de analizar datos de 172 países, los investigadores concluyeron que por cada 10% de aumento en la influencia corporativa, la implementación de políticas cayó un 2,2%, explica Allen en entrevista por Zoom. Aunque la investigación no se diseñó para concluir exactamente cuánta influencia se produce en cada país, “podemos estar seguros de que en los países donde a las corporaciones les resulta más fácil influir en las y los responsables de la formulación de políticas, los puntajes de implementación son más bajos”, agrega.
 
El estudio, publicado en la revista Social Science & Medicine en marzo de 2022, fue escrito por Allen e investigadores de la Universidad Bilkent en Turquía y el Instituto Karolinaka en Suecia.
 
También se clasificó el desempeño de los países en la adopción de 12 de las 16 medidas que la Organización Mundial de la Salud (OMS) conocidas como las "mejores inversiones" para prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles (ENT). También llamadas enfermedades crónicas, las ENT son responsables del 74 % de todas las muertes en todo el mundo, lo que las convierte en la principal causa de muerte y discapacidad.

Turquía es la mejor en la implementación de políticas

Encabezando la lista de países que implementan políticas se encuentran Turquía, Reino Unido, Noruega e Irán, seguidos por Senegal, Santa Lucía, Italia, Indonesia, Finlandia y Brasil.

 

En general, los países están aceptando lentamente las políticas de mejores inversiones, según muestra el estudio. “Un país promedio ha implementado total o parcialmente 5,8 (52,3 %) de las políticas en 2015, 6,5 (59,4 %) en 2017 y 6,6 (59,6 %) en 2020”. Pero Allen señala que el mundo aún no está en camino de cumplir con la meta 3.4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: reducir la mortalidad prematura por ENT en un tercio para 2030.

Allen plantea que una de las principales conclusiones de la investigación es “si la influencia corporativa está relacionada con aproximadamente una quinta parte de alcanzar tu meta (ODS), probablemente deberíamos estar haciendo mucho más para pensar en cómo podemos observar cuidadosamente en cada país las actividades de las corporaciones en su intento de socavar o impedir una legislación efectiva”.
 
Por ejemplo, un estudio reciente de la OMS encontró que la comercialización de sucedáneos de la leche materna continúa creciendo a pesar de la aprobación de un código internacional en 1981 para regular esta práctica.

El hecho de que los países estén lejos de cumplir la meta de los ODS se refleja en el recién publicado Monitor de avences de las ENT de la OMS. El monitor encuentra que las tácticas simples y efectivas para prevenir y tratar las ENT no se están adoptando de manera suficientemente amplia en todo el mundo.

Desperdiciar la oportunidad que dio la COVID-19

Allen comenta que parecía que la pandemia de COVID-19 iba a ser una oportunidad para avanzar en la lucha contra las ENT, ya que la intervención de los gobiernos para salvar vidas se volvió más aceptable en general. Los problemas de salud pública también aparecían en los titulares a diario y aumentó la alfabetización pública en materia de salud. “Los países usaron eso como una oportunidad para hablar sobre la política de ENT… En el Reino Unido, el primer ministro se contagió de COVID, como muchos otros líderes mundiales, y dijo ‘mi obesidad era un factor de riesgo’”.
 
Pero al mismo tiempo, “las corporaciones realmente intensificaron sus apuestas en términos de marketing y ventas y los hábitos de las personas han cambiado: están consumiendo muchas más cosas dañinas en casa. Los gobiernos se han dado por vencidos, particularmente en el mundo occidental… Siento que fue una oportunidad desperdiciada”, dice Allen.
 
Si bien los gobiernos están aumentando lentamente su inversión con las mejores inversiones en general, el estudio muestra que no están endureciendo las políticas contra el alcohol. “Realmente no sé qué está pasando allí”, dice Allen. “Parece estar generalizado en todas las regiones, no hay cambios importantes en las políticas, sino simplemente este alejamiento de la implementación total a parcial de las políticas”.
 
En un artículo reciente sobre el cabildeo corporativo durante la COVID-19, se descubrió que la industria del alcohol es una de las más exitosas a la hora de influir en las políticas. Pero como señaló la ONG Movendi, tales esfuerzos son anteriores a la pandemia: “La industria del alcohol en todo el mundo tiene una larga historia de cabildeo agresivo contra los aumentos de los impuestos sobre el alcohol como estrategia de salud pública, al tiempo que exige impuestos más bajos sobre sus productos”.