Sociedad civil antitabaco celebra gran victoria e insta a todos los gobiernos a rechazar alianzas con empresas tabacaleras
4 de enero de 2023
4 de enero de 2023
Los grupos para el control del tabaco han argumentado que financiar y aprobar cualquier medicamento que tenga vínculos con la industria tabacalera viola el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS (CMCT de la OMS), un tratado mundial de salud pública que entró en vigor en 2005. El CMCT pide un control más estricto al tabaco y hace hincapié en la necesidad de que las políticas de salud pública estén protegidas de los intereses comerciales y otros intereses creados de la industria tabacalera.
El CMCT también prohíbe las colaboraciones de la industria tabacalera en los países participantes, entre los que se encuentra Canadá. El gobierno de Canadá ha estado desafiando abiertamente este requisito del tratado, a pesar del hecho de que los gobiernos provinciales canadienses están demandando actualmente a la industria tabacalera, incluyendo a Philip Morris, por más de US $400 mil millones por los costos de tratamiento de salud resultantes de los engaños de la industria tabacalera.
A medida que más países implementan leyes para reducir el consumo de tabaco, la industria tabacalera está contraatacando estas medidas haciendo uso de acuerdos internacionales de comercio e inversión. Por ejemplo, países como Australia y Uruguay están involucrados en litigios comerciales internacionales provocados por la industria tabacalera, y docenas más han sido amenazados con acciones legales por parte de las compañías tabacaleras o sus representantes. Estas amenazas y demandas tienen como objetivo desalentar a los países de implementar leyes de control del tabaco, que salvan vidas.
Además, como se destaca en el informe Signalling Virtue, Promoting Harm (Señañando virtudes, promoviendo daños), muchas industrias perjudiciales para la salud, como el alcohol y los alimentos ultraprocesados, así como el tabaco, aprovecharon la pandemia de COVID-19 para promover aún más sus productos nocivos y mejorar su imagen corporativa participando en "soluciones", como lo hizo la industria tabacalera apoyando el desarrollo de vacunas COVID-19 en Canadá.
"Más de ocho millones de personas mueren cada año debido al consumo de tabaco. Existe un claro conflicto de intereses con la industria tabacalera que participa en los esfuerzos de salud pública, incluida la vacunación", dice Liz Arnanz, gerente de Políticas e Incidencia de la Alianza de ENT. "Esta decisión es un hito y también un recordatorio de que los gobiernos deben permanecer vigilantes y coherentes en cuanto con quién se asocian en los esfuerzos de salud pública para evitar colaboraciones incompatibles que violen el Convenio Marco y otros acuerdos".
El tabaco mata a alrededor de 8,7 millones de personas cada año, mientras que hasta 1,4 billones de dólares se pierden en gastos de atención médica y reducción de la productividad en trabajadores. La mayoría de estas muertes (7,4 millones) se atribuyen directamente al consumo de tabaco, mientras que los 1,3 millones restantes se relacionan con no fumadores expuestos al humo de segunda mano.
La creciente asequibilidad de los cigarrillos, la falta de controles estrictos del tabaco y los esfuerzos de la industria tabacalera para establecer nuevos mercados también han dado lugar a aumentos asombrosos en la prevalencia del tabaquismo en algunos países de bajos ingresos a pesar de la tendencia general a la baja en el mundo. Este es el caso más notable en África.
Además, en los últimos años han surgido muchos nuevos desafíos para el control del tabaco. Desde el uso juvenil hasta el aumento de nuevos productos de tabaco, ponen en duda la sostenibilidad de los avances realizados. El porcentaje de la población mundial que fuma se ha reducido del 22,7% en 2007 al 17,5% en 2019, pero el fortalecimiento de las medidas de control del tabaco es la única manera de evitar una inversión de tendencia.
Dada la fuerte respuesta de la industria tabacalera tras los avances en la legislación y la regulación, es más importante que nunca continuar avanzando y fortaleciendo los controles del tabaco y contrarrestar esta ofensiva.
La mayoría de los países experimentaron su mayor disminución en la prevalencia del tabaquismo durante la década posterior a la ratificación del CMCT. Aunque hasta la fecha solo dos países (Turquía y Brasil) han implementado todas las medidas de control a nivel de mejores prácticas, el 75% de los países y 5300 millones de personas están ahora protegidas por al menos una medida al más alto nivel. Se han logrado importantes avances en la legislación antitabaco, con las etiquetas de advertencia sanitaria, los impuestos y las prohibiciones, la publicidad y la lucha contra el comercio ilícito de tabaco. Sin embargo, los países de bajos ingresos siguen siendo los grandes ausentes.
Tras la inclusión del CMCT en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 3.A) en 2015, Australia y Noruega se unieron al Reino Unido en el marco del proyecto CMCT 2030 para apoyar a los países de ingresos bajos y medianos en la implementación del marco.
Bloomberg Philanthropies y la Fundación Bill y Melinda Gates también anunciaron la creación del Fondo de Litigios contra el comercio de tabaco en 2015. El fondo apoya a países de ingresos bajos y medianos que han sido demandados por compañías tabacaleras en arbitrajes en virtud de acuerdos comerciales internacionales. El fondo proporciona asistencia financiera y técnica a los gobiernos comprometidos con la defensa de sus leyes para reducir el consumo de tabaco.
La interferencia de la industria tabacalera se ha identificado como el mayor obstáculo para la aplicación del CMCT.