La WSO reporta que a lo largo de la última década, el riesgo de tener un accidente cerebrovascular en la edad adulta se ha elevado a 1 entre 4 cuando antes era 1 entre 6. Sin considerar nuevas intervenciones basadas en evidencia, la WSO predice una trayectoria de la enfermedad que conducirá a un número de muertes de 12 millones  por accidentes cerebrovasculares y 5 millones por demencia para el año 2050. 

Resaltando la necesidad de acción en la población de riesgo bajo y medio, la Declaración identifica cuatro intervenciones independientes que reducirán significativamente la incidencia y prevalencia de los accidentes cerebrovasculares y la demencia. La estrategia también considera los desafíos experimentados por países de bajo y medio ingreso, esbozando una alternativa de menor costo al que tienen los enfoques de prevención actuales.

En respuesta a este Nuevo marco estratégico, el Profesor Michael Brainin, Presidente de la WSO dijo "la COVID-19 ha provocado intervenciones gubernamentales de niveles antes inimaginables así como cambios en el comportamiento individual de las personas en el mundo, sin embargo, hemos convivido de manera efectiva con la pandemia de accidentes cerebrovasculares y hemos fallado en la estrategia de prevención de la misma por muchos años. La necesidad de una acción contundente es clara y nuestros principios de prevención proveen enfoques de bajo costo y basados en evidencia, que de ser implementados de manera global, no soló salvarían millones de vidas sino que también darían la oportunidad de ahorrar millones de dólares anualmente. Este dinero será más que necesario para reforzar los sistemas de salud mundiales y para impulsar la recuperación económica tras la pandemia de COVID-19".

Más información y el texto completo de la declaración de la WSO's se puede encontrar aquí.