En 2018 conocemos tres datos que describen el financiamiento para las ENT:

1. El nivel actual de inversión en ENT es lamentable: menos de mil millones de dólares al año de la asistencia para el desarrollo destinada a la salud (DAH) de la ONU se asignan a las ENT. Eso es nada en comparación con el VIH /SIDA, que recibe 9 veces esa cantidad; y es simplemente inconsecuente en comparación con las inversiones anuales destinadas al gasto militar mundial, de un total de 1,7 billones de dólares.
2. Las economías se están empobreciendo debido a los costos directos e indirectos de las ENT. Las pérdidas anuales del PBI van del 3.5% al ​​5.9%, y la cantidad que le habrá costado a los países en desarrollo entre 2011 y 2025 será de $7 billones de dólares, equivalente al PIB combinado de Francia, España y Alemania el año pasado.
3. El rendimiento de la inversión en ENT supera con creces a los costos. Las ENT durante demasiado tiempo se han marcado como un gasto, cuando muchas de las mejores inversiones ("Best Buys") son de hecho de bajo costo, asequibles para todos los países y representan una inversión inteligente y estratégica. Por cada dólar invertido en ENT, habrá un retorno a la sociedad de al menos $7 en aumento de empleo, de productividad y en más años de vida. La conclusión para los gobiernos es clara: inviertir ahora, ahorrar más adelante.

Como organizaciones de la sociedad civil, estamos muy familiarizadas con las consecuencias reales y devastadoras de esta inercia política y del nivel de inversión francamente irresponsable y poco ético en materia de ENT en la actualidad. Como resultado, millones de personas y comunidades habrán perdido a sus seres queridos a causa de una muerte evitable. Millones más habrán sido testigos de la carnicería de las amputaciones y la discapacidad por falta de diagnóstico y tratamiento. Millones más estarán luchado contra la pobreza arraigada causada por gastos de bolsillo catastróficos.

1. Liderazgo al más alto nivel: si esta Declaración Política no incluye un fuerte compromiso de los Jefes de Gobierno y Estado para proporcionar un liderazgo y una administración decisivos, inclusivos y responsables en materia de ENT, simplemente habremos fracasado. Éste es un requisito previo para el financiamiento. Todos sabemos que los ministros de salud no controlan las cuestiones presupuestarias. Tampoco tienen el poder de movilizar una respuesta que abarque a todo el gobierno, que implique una rendición de cuentas en todos los departamentos, con líneas presupuestarias para las ENT y sean coherentes en sus políticas. Son los jefes de estado los únicos que pueden hacer esto.
2. Más y mejores datos sobre los flujos de los recursos: los datos actuales sobre flujos de recursos nacionales son extremadamente pobres y desiguales para las ENT, con solo 26 países que reportaron los gastos específicos en ENT entre 2010 y 2016. Mejorar la recopilación y el uso de datos de gasto doméstico y la inclusión de las ENT en las cuentas nacionales de salud es vital para enfocar mejor las inversiones en las poblaciones necesitadas y para mejorar la eficiencia en la prestación de los servicios.
3. Implementar políticas fiscales para la salud: una poderosa política fiscal que los gobiernos tienen a su alcance es aumentar los impuestos sobre las bebidas azucaradas, el tabaco y el alcohol (denominadas STAX). Estos impuestos está ganando más atención como una herramienta de política indispensable para mejorar la salud pública, salvar vidas y generar recursos para invertir en la salud y el desarrollo sostenible. A pesar de lo que puedan decir la industria y algunos gobiernos, hay suficiente evidencia de su impacto en la reducción del consumo y en favor de los pobres. Y el gran número de países que han implementado impuestos dan testimonio de su eficacia, convirtiendo cada vez más los impuestos en la norma en lugar de la excepción.
4. Brindar asistencia catalítica al desarrollo para las ENT: si bien la movilización de recursos internos es importante, debemos ser realistas con los 30 países de bajos ingresos, que asignan menos del 5% del PIB a la salud. No es razonable esperar un avance en las ENT sin el financiamiento activo de los donantes. Y aquí es donde los 1 mil millones de pesos de la asistencia al desarrollo que actualmente se invierten en ENT se vuelven una farsa y es poco ético. Exhortamos a los gobiernos donantes a intensificar la ayuda e integrar a las ENT en las prioridades existentes y responder a los numerosas pedidos de los países de bajos ingresos a apoyar sus respuestas a las ENT.
5. Aprovechar los mecanismos de financiamiento existentes y generar nuevos para las ENT. Durante demasiado tiempo, la comunidad de las ENT ha sido demasiado cortés en nuestras demandas para sacudir la arquitectura de salud mundial, que establece las prioridades y los flujos de recursos. Si bien nos atenemos a nuestra postura de que no queremos ver un nuevo Fondo Mundial para las ENT, después de 10 años de avance glacial queremos ver compromisos tangibles, queremos que el Fondo Mundial, el Mecanismo de Financiamiento Mundial y UNITAID sean serios acerca de los enfoques integrados y abordar las comorbilidades de las ENT. Y esperamos que los gobiernos sean audaces y exploren nuevos mecanismos de financiamiento dedicados a las ENT, como el fondo fiduciario de socios múltiples para ENT que se incluyó tanto en el informe de la Comisión de Alto Nivel de la OMS como en la reciente resolución del Equipo de Tareas Interinstitucional de la ONU sobre la Prevención y Control de las ENT.

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